Que grandes amigos pueden volverse grandes desconocidos.
Que el amor pierde fuerza por momentos.
Que nunca conocemos a una persona de verdad.
Que aún no se ha inventado nada mejor que el abrazo de una madre.
Que el "nunca más" nunca se cumple y el "para siempre", siempre termina.
Cuando creces descubres que ya defendiste mentiras, te engañaste a ti mismo o sufriste por tonterías. Si eres un buen guerrero, no te culparás por ello, pero tampoco dejarás que tus errores vuelvan a repetirse.